jueves, 6 de julio de 2023

LA LÓGICA DEL FRACASO

Vivimos en un mundo en el que la complejidad y la incertidumbre forman parte de la realidad con la que nos manejamos a diario, en el que el carácter dinámico de los sistemas sociales, económicos y políticos, nos exige pensar en los potenciales problemas colaterales de cada acción e intentar anticipar sus efectos a largo plazo. La acción sin la reflexión adecuada puede conducirnos a cometer errores, por muy bienintencionados que sean nuestros propósitos. Las hipótesis teóricas resultan necesarias para conducir nuestras iniciativas dando sentido a lo que hacemos, pero deben ser contrastadas a lo largo del tiempo con datos fiables sobre la realidad que pretendemos transformar. De todo esto trata el libro de Dietrich Dörner, "La lógica del fracaso", aplicado a las políticas públicas.



    Las situaciones complejas se caracterizan por estar compuestas de múltiples variables interrelacionadas, que conforman sistemas que no son del todo transparentes, por lo que no siempre tenemos toda la información necesaria, y en los que operan en su interior dinámicas internas que obedecen a lógicas en ocasiones contradictorias unas con otras. Esta complejidad requiere desarrollar capacidades para recopilar buena información, competencia técnica para integrarla y visión para planificar las acciones en el tiempo.

    ¿Qué podemos hacer entonces? Dietrich Dörner propone aprender varias cosas interesantes para conseguir ser gestores públicos más competentes:

  • Aprender que es necesario aclarar los objetivos antes de comenzar a actuar.
  • Aprender que no siempre se alcanzarán todos los objetivos a la vez, ya que pueden existir contradicciones entre ellos.
  • Aprender que se deben definir los puntos esenciales y, al mismo tiempo, que éstos no siempre se podrán mantener eternamente sino que se pueden cambiar.
  • Aprender que al manejar el conjunto se debe crear un modelo de sistema, para poder anticiparnos a los efectos colaterales y a largo plazo.
  • Aprender cómo buscar información con el grado de resolución adecuado.
  • Aprender qué es lo que puede resultar de la creación demasiado intrépida de conceptos abstractos.
  • Aprender cuáles son las consecuencias de una reducción irreflexiva de todos los sucesos de un determinado ámbito, a una sola causa central.
  • Aprender cuánto tiempo se debe recopilar información y cuándo se debe dejar de hacerlo.
  • Aprender que uno tiende, de vez en cuando, a movimientos de huida horizontales y verticales, y que debemos desarrollar maneras de controlarlos.
  • Aprender que, en ocasiones, uno sólo hace una cosa para demostrarse a sí mismo que sabe hacer algo.
  • Aprender los peligros del metodismo no reflexionado.
  • Aprender que es necesario analizar los propios errores y sacar conclusiones para la reorganización del propio pensamiento y comportamiento.
    Es necesario comprender además que el factor temporal es muy relevante en la toma de decisiones y no debemos precipitarnos, hay medidas que pasan por tiempos muertos hasta que surten efecto. Los sucesos no tienen solamente los efectos que pueden percibirse inmediatamente, sino que también despliegan consecuencias a largo plazo.

    Un libro de lectura muy recomendable, que empleando una metodología didáctica basada en el análisis de casos prácticos, resulta muy instructivo para la reflexión en torno a los problemas de la toma de decisiones en entornos complejos. De gran utilidad para quienes estén interesados en el diseño, la implementación y el análisis de las políticas públicas.